lunes, 16 de enero de 2012

Isla Cañas

Eran casi las diez de la mañana cuando las olas comenzaron a levantarse más de la cuenta. Hacía poco más de una hora que estábamos corriendo con muy buen nivel y entonces apareció, lejos, una ola muy grande que intenté tomar sin éxito. Me revolcó un poco pero no pasó nada. La siguiente, del mismo tamaño, me volvió a tomar de sorpresa, pero esta vez mi cuerpo hizo una vuelta abajo del agua y mi brazo izquierdo quedó sujeto a la tabla. La consecuencia fue un trac - trac - trac en el hombro y una salida rápida del agua preocupado por el dolor. Nada grave, pero desde ayer veo las olas desde la costa, mientras me recupero con calmantes y una pomada antiinflamatoria que me regaló Natalie. Al principio me amargué mucho porque estar acá y no poder surfear es casi una calamidad. Pero también ello nos obligó a pensar alternativas para pasar el día.
Así es como hoy a la tarde fuimos a Isla Cañas, una aldea que está a unos 10 kilómetros de donde estamos. Primero bondi hasta el pueblo de Las Cañas y luego lo que se conoce como una verdadera actividad en contacto con la naturaleza: tuvimos que caminar cerca de 500 metros por lodo, mientras a los costados se movían cientos de cangrejos y lagartijas. Al principio, lo confieso, fue aterrador; pero después nos acostumbramos a hundirnos hasta la rodilla. Cuando llegamos al final una pequeña lancha nos cruzó hasta la Isla. Del otro lado nos recibió Henry, un niño de 10 años que por unas monedas nos llevó hasta la playa de la Isla. Y luego de un chapuzón en el mar nos sentamos a tomar mate con una familia lugareña. Fue  agradable compartirnos historias y nos reímos cuando uno de ellos escupió rápido el mate porque le resultó muy fuerte.
Luego de aprovisionarnos con pollo, huevos, arroz, leche, pan y unas pastillas de diclofenac para mi hombro, unos paisanos nos devolvieron al camping, consagrando nuestro primer “dedo” del viaje.

3 comentarios:

  1. Guau!!! Que susto!! Espero que realmente sea solo una torcedura.Y Vero??? No le paso nada???
    Lo bueno por lo visto que pudieron cambiar el paseo sin problemas,y de paso conocer un poco mas de estos lugares exoticos.
    Lo del barro es bravo,y me daria mucho miedo.Igualmente sean cuidadosos por si hay otro tipo de animalitos....
    Me alegra recibir noticias,aunque no te dejes estar con lo del brazo.
    Besos
    Mama

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno el viaje y veo que en esos lugares siempre hay algo para conocer y hablar con los lugareño me parece una de las cosas que mas les envidio. Insisto quiero ver fotos del mar. Saludos cuidense el Padrino.

    ResponderEliminar
  3. UYYYY!!! Nacho ese trac trac trac creo que les va a doler a todos lo que lo lean o a nosotros lo que te seguimos... pero bueno te llevo a desviar la mirada de las olas y conocer otro lugar.Que te mejores.

    ResponderEliminar