domingo, 15 de abril de 2012

Cuba: una visión alternativa


Escribir sobre Cuba implica, necesariamente, activar un dispositivo que complejice todo lo que uno ve, todo lo que uno escucha. Es imposible no asociar a la isla caribeña con la Revolución y con todas las consecuencias que ese proceso político conlleva. Porque Cuba es, con todos sus significantes, otro mundo.

La Historia
Cuando el primero de enero de 1959 triunfó la Revolución, Cuba era un país pobrísimo, donde la riqueza que se generaba se la repartían unos pocos, donde los muertos (por hambre, por violencia, por accidentes) se amontonaban en las veredas y donde la desigualdad se manifestaba en todas sus variables. Sin todas esas miserias que el pueblo cubano sufría hubiese resultado imposible gestar la patria socialista. De aquella fecha hasta ahora ha pasado de todo. Intentaré enumerar algunos sucesos, tal vez los más trascendentales, con el fin de trazar un cuadro que ilustre qué es lo que aquí pasa, y que también sirva para contrarrestar todas las boludeces y mentiras que llegan a Argentina sobre Cuba.
Cuba es una pequeña isla que ostenta poco más de diez millones de personas. Pero tiene, además, una dignidad que difícilmente alguien pueda encontrar en otra parte del mundo. Tanto es así que, por primera vez, logró que Estados Unidos  pagase una indemnización de guerra. En 1961 el imperio yanqui intentó derrocar la Revolución, desembarcando en Playa Girón con toda la tropa de mercenarios y asesinos a los que nos tiene acostumbrados, pero otra vez, el pueblo cubano se alzó en armas para defender su conquista revolucionaria. A partir de allí, o para ser más exactos, luego de la crisis de los misiles un año más tarde, el imperio se dejó de joder con las aventuras bélicas. Pero no sólo de guerras viven los yanquis: establecieron un bloqueo comercial genocida, sometiendo así al pueblo a esfuerzos sobrehumanos para sobrevivir. Por esos años Cuba comerciaba con la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y con algún que otro país como México y Canadá. Luego del derrumbe del campo socialista, el mundo se volvió desvergonzadamente hostil para con Cuba. ¿Pero en qué consiste el bloqueo comercial? En que Estados Unidos no compra ningún producto cubano. Pero no sólo eso: presiona y sanciona a aquellos que intenten comprarle algo a la isla. Esto, además de violar todas las leyes sobre comercio mundial, afecta la soberanía de los pueblos y sofocan a la débil economía cubana. 

Lugares comunes
A menudo se escucha en mesas o en charlas de café, tan típicas en los argentinos que hablan de todo sin saber nada, que Cuba es pobre y que eso sólo da cuenta de que el socialismo no existe o es inviable como proyecto de nación. Por eso, sobre este punto, uno debe ser excesivamente riguroso si es que se pretende alcanzar la verdad. Cuba es pobre, porque no tiene recursos naturales, ni petróleo, ni gas, ni cobre, ni tierras para cultivar ni sostener una ganadería sustentable (en parte, porque al ser una isla pequeña la salinidad del mar le socava los nutrientes, pero también por falta de dinero para invertir). Es decir que Cuba debe ser comparada, en todo caso, con países pobres, no con potencias mundiales. Poco más de tres meses recorriendo Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras me han hecho comprender qué es lo que sucede cuando un país pobre es sometido al yugo imperial y a una política capitalista: tras que son pocas las riquezas que se generan, se la llevan unos pocos. En los países que anteriormente mencioné, tan pobres como Cuba, la educación universitaria es paga, la salud es carísima y de pésima calidad, no puede desterrarse el analfabetismo, hay desnutrición infantil, pobreza estructural de viviendas, desempleo (Nicaragua y Honduras con índices altísimos), inseguridad, violencia doméstica y demás cuestiones que aquejan a la sociedad toda. Nada de esto sufre Cuba. ¿Por qué? Porque a la riqueza no se la llevan dos o tres, sino que se reparte de manera igualitaria, vía un Estado presente que se encarga de garantizar la igualdad de oportunidades y de vida digna para el conjunto de la población.

La realidad
Hay una discusión, mucho más profunda, eminentemente filosófica, sobre la libertad. Por ejemplo, se acusa al gobierno cubano de cercenar las libertades políticas. Este, claro, es un tema sensible, porque abordarlo significa dejar a un costado nuestra concepción burguesa de la libertad y de la participación política. El sistema político cubano se denomina centralismo político y rige de la siguiente manera: anualmente se realizan asambleas barriales para discutir los problemas que aquejan a los vecinos y elevar propuestas para resolverlos. Esa asamblea tiene un delegado (cuyo mandato dura cuatro años) que se reúne, luego, con los otros delegados de los barrios y así llevar la voz de su gente al municipio. Sucesivamente, se reúnen los delegados de los municipios, luego los provinciales y luego se forma el Comité Central, que es el órgano máximo de decisión política de la nación. Es decir, la participación política es plena y directa y los delegados tienen mandato de asamblea, lo que significa que no pueden hacer lo que quieran. Entiendo que este sistema de participación es altamente más democrático que el nuestro, de partidos políticos. Nosotros en Argentina sólo participamos mediante el voto, ya que elegimos representantes (la Constitución argentina reza: el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes), con lo cual, implícitamente, se nos prohíbe todo tipo de participación. En Argentina se eligen dirigentes y si cualquier hijo de vecino tiene alguna idea para resolver algún problema, bueno, tendrá que alistarse en un partido político y ver si tiene suerte. Como se observa, la participación política es plena y popular; el pueblo es el que decide y no un tipo al que sólo se le conoce la cara.

Los números
Cuba, bien llamada la isla de la libertad, carece de analfabetismo. No existe el pibe que no va a la escuela. Pero más aún: Cuba va a la universidad. Y va masivamente. Abundan los ingenieros, los médicos, los abogados, los maestros, los físicos. Como en Argentina, la Universidad es gratuita, pero más aún: si la facultad no queda en tu ciudad de origen, que es lo que sucede a menudo, el Estado solventa tus gastos de alojamiento y comida, aliviando a las familias económicamente. Y si estudiás y trabajás, es posible que la empresa en la que estás te siga pagando el sueldo mientras terminás tu carrera.
Cuba tiene los índices más bajos en América latina de mortalidad infantil, de inseguridad  y de desocupación. No existe gente viviendo en la calle y mucho menos gente que se muera de hambre. (Todavía tengo el recuerdo vivo de las lágrimas de Barbarita en Tucumán, en la Argentina del 2001, llorando frente a las cámaras porque tenía hambre). Me pregunto si acaso, estas cuestiones no dan cuenta del desarrollo de un pueblo y, en definitiva, no hablan de la libertad. Porque libertad no es transitar con el auto por la 9 de Julio sin que ningún negro piquetero me la corte: libertad es vivir dignamente, sabiendo que se puede salir tranquilo a la calle, atenderse gratuitamente en los hospitales con atención de calidad, con oportunidades de asistir a la facultad, dormir en una cama caliente.
Otro aspecto para destacar es el deporte, una de las maneras más interesantes donde una persona puede desarrollar diversas facetas que no sólo contemplan lo físico, sino el trabajo en equipo, el esfuerzo, la tenacidad para superar dificultades. Basta con echarle un vistazo a los medalleros olímpicos para verificar qué alto puede escalar una sociedad cuando tiene una visión madura e integral sobre el desarrollo.
Y no sólo eso. Debo mencionar aquí la vasta oferta cultural y la cantidad de artistas que Cuba ha dado al mundo, entre los que se destacan la música y la literatura, lo que también da cuenta de cómo un pueblo cultiva su espíritu. Porque que abunden los teatros o los conciertos o los ciclos de lectura o los museos (que por cierto están hiper desarrollados, según me explicó Vero, estudiante avanzada en Historia del Arte) no es una cuestión recreativa: tiene que ver con la formación de un pueblo, con el desarrollo de las conciencias y el crecimiento humano. También, claro, para mantener activa la memoria y no perder de vista jamás de dónde uno viene.

Los problemas
Como todo proceso político, Cuba afronta diversos problemas, algunos que ha ido resolviendo y otros que deberá comenzar a ensayar si es que pretende no profundizar los conflictos. Uno de los más grandes desafíos es la eliminación de la doble moneda. A saber: aquí circulan el peso cubano y el CUC (que es la divisa, el dinero con el que se manejan los turistas). Un CUC es, centavos más centavos menos, un dólar. Y un CUC equivale a 24 pesos cubanos. Esto genera muchas diferencias entre quienes cobran un sueldo del Estado, por ejemplo como profesor universitario (que está más o menos en los 40 dólares) y entre quienes viven del turismo, que cobran en CUC.
El otro día nos trajo un taxista (que es matemático) de La Habana hasta Trinidad y nos contó que su sueldo mensual por dar clases en la universidad es de 45 dólares y que, por ejemplo, con nuestro viaje, estaba ganando en tres horas lo que ganaba en todo un mes. Esto es, lisa y llanamente, una locura, algo que está trayendo muchos inconvenientes y que está generando algo que la Revolución vino a destruir: las clases.
Otro caso es que muchos, ante la falta de competitividad de su salario, abandonan su puesto y se vuelcan al turismo. Ejemplo de esto es otro taxista que hoy nos llevó a conocer El Nicho, unas cascadas en medio de una montaña. El tipo es ingeniero agrónomo y trabajaba en una empresa de cítricos de su pueblo. Su sueldo era tan bajo que renunció y hoy maneja un tacho. No puede ser, cualquiera se da cuenta, que un ingeniero maneje un tacho, que se desperdicie tanta inteligencia, tanta inversión que hace el Estado.
La mayoría de la gente con la que uno habla cuenta que el salario no llega a fin de mes y que esto los obliga, necesariamente, a buscar alguna que otra changa para no vivir tan ajustados.
Algo paradójico, y también a corregir, es que como la mayoría de la gente se gradúa en la Universidad faltan obreros calificados. ¿Quién va a querer ser albañil cuando se recibió de arquitecto?
Y otra cosa que a esta altura me parece inconcebible es la dificultad para acceder a internet. Sabemos de la importancia de esta nueva herramienta y lo importante que resulta para formarse y comunicarse. 

La dignidad
No se por qué, pero siento que me cuesta escribir sobre la dignidad. A menudo, en discusiones políticas o de entre casa, menciono el hecho de tener dignidad y me mandan a freír churros, como si acaso fuese un valor obsoleto, como si fuese una boludez, total el mundo se rige por la guita, por el bille y nunca por la dignidad. Me tildan de idealista, de ingenuo e incluso de adolescente, olvidando que ya tengo 26 años y soy licenciado. Confieso que más de una vez me guardo esa palabra para mí como un tesoro, como algo demasiado precioso como para arrojarlo sin vueltas en una mesa que se encargará de ignorarla, de desprestigiarla. También me cuesta escribirla acá, en este blog. Pero desde que estoy en Cuba esa palabra me atraviesa el cuerpo, me interpela constantemente, porque este pueblo está parado sobre la dignidad. Hace un par de noches, luego de cenar con Marta, Agustín y Rubén, tres señores que nos alquilaron una habitación en su casa, este último nos contó que está vivo de milagro. Que en el año 1977 fue a luchar por la liberación de Angola, que era aviador y que lo tumbaron; que estuvo seis meses en coma con la cara destrozada y que tuvieron que repararla casi por completo. La charla surgió de manera inusual, porque dijo que estaba descompuesto y que no quería comer, pero de a poco fuimos concentrándonos en la historia que salía de su boca, balbuceante. Cuando terminó el relato, a modo de declaración, sentenció: peleamos quince años y cuanto terminó la guerra y liberamos a Angola, sólo nos trajimos nuestros muertos. Esa frase quedó retumbando en la cocina y en la mente de cada uno de los presentes. Quinientos mil cubanos fueron a pelear a tierra africana. Todo un pueblo solventando la liberación de otro. Y cuando todo terminó, nadie pidió reparaciones ni nada. ¿Existe alguna otra palabra para describir eso que no sea dignidad? Ese mismo hombre, Rubén, después dijo que no había un lugar más lindo para vivir en el mundo que no sea Cuba y eso que conocía varios países, sobre todo de África y de Europa del Este. El tipo seguía defendiendo a la misma patria que casi lo llevó a la muerte.
Algo similar sucedió cuando mateábamos en una plaza de La Habana, junto a Vero y Perla. Un señor se acercó a conversar y palabras más palabras menos nos contó que también había ido a pelear a Angola, que la economía andaba un poco floja y que no llegaba con su sueldo a fin de mes. Entonces, sin vueltas, le pregunté si estos problemas podían debilitar a la revolución, a lo que el señor contestó con un no rotundo; para luego explicar que si bien este es un momento difícil, son conscientes de lo que significa vivir una vida socialista.
Este caso, que aquí es ilustrativo, se repite diariamente. A pesar de tener diferencias políticas, o carencias económicas, nadie discute la revolución y eso significa una toma de conciencia, un espíritu crítico inquebrantable que nada ni nadie puede destruir. Y eso es, una vez más, la dignidad de un pueblo que prefiere hacer un esfuerzo para llegar a fin de mes, a hipotecar el futuro de sus hijos o agachar la cabeza ante el imperio genocida, que pretende imponer por la fuerza su verdad hipócrita y fascista.

A esta altura alguno podrá decir: ¿y por qué no te vas a vivir a Cuba si tanto te gusta? Me pasa que amo Argentina, su historia, su tierra y su pueblo. Y me pasa que me gusta tanto lo que veo que quiero llevarlo para allá. No creo que los socialistas debamos encerrarnos en un país sino al contrario: debemos desplegarnos por el mundo dando testimonio de lo que aquí sucede para ver si algún día, en nuestra tierra, podemos ver forjado el nuevo mundo que tanto añoramos y por el que tanto luchamos.

8 comentarios:

  1. Que buen momento el volver a encontrarnos.....!!!
    Debo decir que estos dias se hicieron largos...dificiles....sabia que seguramente estaban bien,pero la falta de comunicacion me costo bastante,estoy mal acostumbrada.
    Gracias por seguir descubriendo tantas historias para los que estamos lejos,y asi comprender un poco mas la aventura que estan trnsitando.
    Los quiero mucho.
    Sofia

    ResponderEliminar
  2. Hola jovenes, como andan? por fin aparecieron.
    Lei con mucha atencion tu descripcion, tu narracion, y se que es sincera, autentica, realista, mas alla de cierta carga de subjetividad propia de tus ideales. Me alegra que sea asi, yo lei de todo un poco, y es cierto a veces idolatran otras defenestran al sistema. Me considero abierto, y al igual que vos, primero, por sobre todo quiero a mi tierra, donde naci, a mi pais, a mi Nacion. Creo que somo muchos lo que tenemos DIGNIDAD. Y si bien el socialismo en la practica es una verdadera y genuina forma de vivir, sigo creyendo en la democracia. Esta famosa democracia que muchas veces fallo, porque el pueblo, tal vez, no tenia esa DIGNIDAD ( incluyo a civileS y militares) y desde alla por 1810. Sigo sosteniendo en si la mayoria opto por este sistema de gobierno, que asi sea. Luchar por estar LIBRES, y comparto con vos, que la libertad es mucho mas amplia que un corte piquetero. Libertad, derechos y garantias, el sistema actual es sabio, el tema es saber usarlo, y administrarlo con ese toque de igualdad, de equidad.
    Estoy seguro que entre todos, jovenes, viejos, socialistas, democratas, aristocratas, liberales, imperialistas, poniendo la cuota de renuncio a los intereses personales, de equilibrio, de dialogo, de debate. Veamos, abramos nuestras mentes, adecuemos, tengamos nuestra propia idiosincracia, y seamos LIBRES de una vez por todas. Los queremos, Tio Marcelo

    ResponderEliminar
  3. En tu parrafo la Realidad, hablas de que el sistema politico es un "centralismo politico". Sinceramente no sabia como se manejaban. Voy a mandarte via face de Vero (no se como hacerlo x el blog), el Proyecto de Reforma Politica que presento el Foro Alberdi, en el 2001, del cual formo parte mi viejo. Lo mas lejos que llegaron fue a que mi papa le diese en mano a Nestor el proyecto... X favor leelo, es interesante, y tiene mucho que ver con lo que comentas de participacion plena y directa para todos los ciudadanos, no reducir la democracia a ejercer el voto cada 4 años...De ese proyecto surgio la idea de los presupuestos participativos, que en Rosario se aplican desde hace una decada... bueno, leelo. Saludos!! Victoria, de Rosario.

    ResponderEliminar
  4. Jo Ta Ke irabazi arte!

    ResponderEliminar
  5. Estuve junto a Vero y Nacho por 10 días,poco para conocer en profundidad al pueblo cubano,pero me quedó claro que aman su país,también su régimen ,pero están "quejosos" porque el dinero no les alcanza,desilucionados porque hay muchos profesionales pero no viven con eso.Comentario del tachero ingeniero (si hablamos ,descontentos, con amigos o vecinos y se enteran vamos presos),me pareció que tienen ansias de libertad,de progreso,quizá algún cambio,(lo digo YO).Me llamó la atención ver tanta tierra sin producir,cuando viven tan ajustados,según un cubano no tienen herramientas ni fertilizantes para trabajarlas,el Estado no los ayuda y ahí quedan.En la calle no se ve gente andrajosa pero sí nos pidieron varias veces leche para sus niños,es cara y solo está en caja,salvo la que se vende por las casas recién ordeñada ,mas económica,pero es insuficiente ,hay pocas vacas y pasto,ésto no lo entiendo.
    La gente de las casas que nos alojamos,super cariñosa y amable,nos inspiraron gran confianza muy queribles.Nacho explica cosas positivas como educación y medicina y no se ven niños pidiendo.De lo poco vivido junto al pueblo cubano,me quedo ,con todos los problemas que tenemos,con la LIBERTAD Y DEMOCRACIA de mi país.
    PERLA

    ResponderEliminar
  6. Holas chicos!!!...Nacho, agradezco tu muy buena descripcion sintetica, simple y a su vez amplia, vista desde distintas perspectivas.Soy lector permananente de este blog y esta vez cruzo esta frontera, para entrar y decirles que me gusta y celebro lo que estan haciendo. Es DIGNO, es un claro ejemplo de dignidad. Diginidad es una palabra que encierra un valor con el nacemos todos los seres humanos acompañados de un poder creador.Despues en cada toma de decision aquellos que tenemos la dicha de ser libres, podemos mejorar o empeorar nuestras vidas.Por esto creo y sostengo que SER DIGNO NO ES ALGO QUE PUEDA SER DADO POR ALGUIEN. Para ser digno una persona,dos personas, una sociedad, deben excluyente respetar sus propias convicciones.En fin los felecito son un digno ejemplo!!!! cuidense.
    Abrazo!! Ariel

    ResponderEliminar
  7. Nuevamente, genial su relato, uno se transporta junto a ustedes en este viaje y lo disfruta. Genialmente contadas sus vivencias en un país tan emblemático, me quedo con sus visiones sobre temas de los que uno no sabe mucho o de los que tiene conocimiento por los diarios, en su mayoría tendenciosos...sigan así, de este lado continuaré entrando al blog y esperando por nuevas historias.

    Un beso!

    Marian

    ResponderEliminar
  8. Ya que estamos hablando del tema, les quiero dejar una nota y una pagina web cubana, en donde hay otro tipo de información y no la que se lee en la mayoría de los diarios o la que se ve en la mayoría de los canales de tv.

    http://www.cubadebate.cu/noticias/2012/04/23/juventud-cubana-orgullosa-de-tener-nacion-independiente-afirma-investigacion/

    http://www.cubadebate.cu/

    Un abrazo grande, que sigan bien,

    Txori

    ResponderEliminar