domingo, 6 de mayo de 2012

Otra vez sopa

El retorno a Honduras presentaba dos desafíos importantes: uno, que el avión aterrice con éxito en el segundo aeropuerto más peligroso del mundo; el otro, pasar por Migraciones con los comprobantes de vacunación contra la fiebre amarilla que nos habían expedido en Nicaragua (y que les faltaba el sello) junto a los certificados (en fotocopia) que me había enviado mamá desde Argentina. Conseguido el primer objetivo, nos acomodamos en la fila para esperar el sello en el pasaporte que nos daría el ingreso al país.
Pero al llegar junto a la agente de Migraciones, se desató el problema: no teníamos la dirección en donde íbamos a alojarnos, requisito indispensable para entrar. Le pedimos unos minutos para llamar por teléfono a nuestro anfitrión y nos lo concedió de mala gana. Pero Pepe (nuestro amigo hondureño que nos alojó la vez anterior) no respondía los llamados; peor aún, nos atendía directamente el contestador.
Le informamos de esta situación a la agente, y ella nos respondió: “entonces tenemos que deportarlos a su país”. ¿Cómo? ¿Por no cumplir un requisito tan estúpido como ese? Sabía que esta vuelta no podía pelear. Un aeropuerto no es una frontera terrestre, donde podés volverte a la ciudad anterior. Acá no hay nada antes. Puse cara de perro mojado, le expliqué que ya habíamos estado en su país y que no nos habían pedido ese requisito, que por favor nos ayude, que somos viajeros.
Pasaron cuarenta minutos cuando se acercó hablando por teléfono con su jefe, que nos interrogó y decidieron hacer una excepción. Conseguimos el sello, pasamos, y nos fuimos a intentar contactar a Pepe para que nos vaya a buscar. Varias horas después, cuando pensábamos que tendríamos que buscar un hotel, Pepe nos respondió un mail diciendo que ya venía a buscarnos, que estaba en una reunión de trabajo y que había olvidado avisarnos de que había cambiado su número de teléfono.
Una vez más una frontera nos había mostrado los dientes, una vez más Honduras, otra vez sopa. 

3 comentarios:

  1. holissssssssss. buend ia, menos mal, otra historia mas para agregar. Pero viste que a veces es necesario saber bajar las orejas? tengas o no tengas razon, lo que interesa es el objetivo posterior, para este caso, entrar a Honduras. Bienvendios, y a contarnos que pasa, ahhh, y el camel back? jajaja, un abrazo. Tio Marcelo

    ResponderEliminar
  2. Hola!!
    Buen dia!!! Seguramente a estas horas ya habran disfrutado de algun paseo bellisimo por Honduras,ya que costo tanto el ingreso a este pais,merece la pena que lo recorran de punta a punta....
    Les mandamos la mejor de las suertes...Y a vivir!!!
    Besos
    Sofia

    ResponderEliminar
  3. Que barbaro de nuevo inconvenientes para entrar a ese bendito pais!! espero que la estadia sea mas que grata y encuentren nuevos amigos. Saludos! Euge

    ResponderEliminar