jueves, 17 de mayo de 2012

La felicidad se puede ver

Como los últimos dos meses fueron de andar de ciudad en ciudad, Utila operó en nosotros como un recuerdo del espacio geográfico por el que estamos viajando. La isla nos devolvió a nuestros primeros días en Panamá, cuando la vida estaba dedicada a surfear, a caminar por la playa, a ver el atardecer, a andar descalzos.
Luego la búsqueda constante nos llevó a ciudades históricas y a involucrarnos con sus procesos políticos, a estudiarlos, a comprenderlos. Como la vida misma, el viaje también tiene momentos, algunos disímiles entre ellos, con características propias; y en cada etapa se manifiesta alguna variante en particular.
En este sentido, Utila fue recordar nuestro anhelo (siempre presente y más vivo que nunca) de que se puede vivir de otra manera. Y no hablo de vivir alejado de los problemas que el pueblo afronta como tal en cada una de las circunstancias históricas donde interviene, sino más bien alejados de los problemas que los hombres mismos se generan por ese miedo pelotudo de ser felices y sentirse libres.
La isla nos mostró lo que hasta el momento sólo imaginábamos: hay gente que vive de otra manera. Son varios los ejemplos, pero quiero contarles uno en particular, porque es realmente fascinante. Se trata de dos argentinos, que hace 12 años viajan por el mundo en un velero junto a sus dos hijos. Los mares los llevó por Europa y Estados Unidos. Pero hace 5 años Utila los interpeló como ningún otro lado hasta entonces y decidieron tirar el ancla. Compraron un terrenito para construir su casa, aunque papá y mamá no puedan abandonar el barco y sigan durmiendo allí.
De ellos nos había hablado una artista argentina, que también vive en la isla. Así que fuimos, así sin más, a visitarlos al barcito que se pusieron y que atienden de maravillas, con estilo argento y con una calidez inigualable. Con Vero nos acodamos en la barra a comer un choripán estilo centroamericano (¡pero con chimichurri argentino!) y a tomar una birra fresca mientras ellos nos narraban algunas de sus peripecias y aventuras por el globo.
Al verlos y escucharlos me di cuenta de los felices que eran. Como pareja, se los veía radiantes, cariñosos y trabajando codo a codo, tirando choris a la parrilla, preparando ensaladas, destapando botellas. Y en un momento de introspección me pregunté si acaso eso no era la felicidad y aproveché una pestaña que Vero sacó de mi párpado y puso su pulgar contra el mío para pedirle al destino que, sea donde sea, me encuentre con Vero, pleno y vivo, como esta pareja de argentinos.

4 comentarios:

  1. HOLA!! Recien termine de hablar con ustedes por Skype y realmente se los ve felices,se los escucha felices,lo transmiten....se respira.
    Me encanta esta experiencia que hicieron en la isla...nos hizo VIAJAR a todos.
    Y con respecto a los deseos,si realmente uno los quiere,SE CUMPLEN!!!!
    Ojala que la vida los abrace siempre,como hoy los abrazo yo.
    Los quiero mucho
    Mama

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  2. Hola !!! Como te dije ayer al ver el video de la isla la sensacion que transmitistes fue de felicidad plena , me alegra por vos y por nosotros que te deseamos lo mismo.
    Ah me encanto la cancion, supongo que debe haber estado Vero en la compaginacion.
    Seria bueno saber si algun dia uno puede llegar donde se podria hospedar.
    Les mando un fuerte abrazo.
    Papa

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  3. Brindo por eso deseo! feliz vida feliz! Los quiero
    Mai

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