domingo, 8 de junio de 2014

Esquel

Por suerte a la montaña no había que subirla sino bordearla. Era alta hasta el cielo y fría. Nieve casi hasta sus pies, donde dejaba el surco del deshielo como embudos esfumados. Pero por suerte no había que subirla.
A pesar del transcurso de los días la montaña sigue ahí y me sorprende. Me sorprende el viernes, me sorprende el sábado, también el domingo. Me sorprende a la mañana cuando la veo de la ventana del departamento, o cuando doblo la esquina de 25 de mayo hacia cualquiera de sus perpendiculares. Siempre en el mismo lugar: blanca, inmensa. A veces la imagino como una gran heladera que sopla el frío que nosotros sentimos. Porque es imposible que tenga calor con esa montaña helada tan cerca.

Esquel tiene esa gran montaña blanca en uno de sus lados; en otros dos las montañas son verdes, con pinos, algunas casitas, muy pocas, y el restante llano, lo que a la vista (sobre todo a la vista desde arriba) la convierte virtualmente en un pozo. Una olla. Una Hoya. Y ese es el nombre de la pista de esquí, que en este momento está cerrada, temporada baja mediante.
Atrás de la omnipresente montaña blanca quisieron, hace unos años, construir una mina a cielo abierto para extraer oro. La empresa, canadiense, era la Meridian Gold. Pero el pueblo en la calle forzó un plebiscito, realizado el 23 de marzo de 2003, donde triunfó por más del 80 por ciento el No a la Mina. Esa leyenda se lee en las paredes de la ciudad, en los comercios, en las lunetas de los autos. El No a la Mina fue una expresión gloriosa de un pueblo que intenta preservar el aire fresco, el agua limpia, por sobre las promesas de trabajo para unos pocos de la comunidad. ¿Además ese oro adónde va a ir?
En uno de los picos verdes hay una laguna, que se llama La Zeta, en alusión al camino que hay que transitar. La Bartola se la bancó, hay que decirlo, y llegamos así a una playita donde combatimos el frío, incluso la nevisca, con ravioles de ricota y espinaca con crema. Es que, aún en viaje, los domingos nos exigen ciertas costumbres que hay que sostener.


La familia se agranda

A medida que sumamos kilómetros la familia se agranda, y no lo digo por las personas que vamos conociendo, sino literalmente. En Puerto Madryn, cuando fue lo del robo y la rotura en la camio, conocimos a Zulma y Alfredo, prima de Perla y ahora, como no teníamos donde parar en Esquel, (hace mucho frío para pernoctar en la Bartola), apareció de la galera Mary y Pedro, parientes lejanos de mi cuñado Ariel. ¿Habrá parientes también en Medellín o Asunción?
La comodidad de estar en una casa con una mesa larga nos vino de maravillas para producir y generar una base digna de artesanías, sobre todo en lo referido a los cuadernos y las postales. El sábado participamos de la Feria Municipal, pero qué bárbaro, no vendimos nada. El consuelo fue que nadie vendió nada, porque no había nadie. Nadie nadie.
Pero como tipo prudente no pone todos los huevos en la misma canasta, yo me ocupé de hacer la calle con la venta de alfajorcitos de maicena que no fallan. Tres por diez pesos, el que compró el viernes, te compra de nueve el sábado: una fija. El secreto es obvio: una montaña de dulce de leche entre tapita y tapita. Una montaña tan grande como la que me sorprende el viernes, me sorprende el sábado, me sorprende el domingo.




4 comentarios:

  1. Estaba esperando el relato de Esquel, pq se que los insentivamos a llegar hasta alla! Que buena foto La bartola llena de nieve.. la prox levanten el limpia parabrisas pq puede romperles el vidrio el quedarse pegado con la nieve.
    Besotes!! Euge

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  2. Que genial!!! Es imponente!!! Todos saben que amo las montañas,y ese lugar es bellísimo.Espero que sigan disfrutando de lugares y gente tan copados. Desde Neco les mandamos un poquito de calor....no mucho,porque aquí también escasea. Besos
    Sofia

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  3. Nosotros no vimos tantaaaaa nieve pero sentimos el frío. Uno no se cansa de ver esa inmensidad llena de nieve. Cuando fuimos al Hoyo estaba cerrado por el viento impresionante que había. Disfruten de nuestra hermosa Argentina y que BUENO que la gente lugareña la cuide. Romina.

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  4. Cuando éramos chicos, con mis primos, subíamos a "La Z" caminando... ahora creo que, si tuviera que hacerlo, iría a "Paso Bartola"
    Si alucinaron con la pre-cordillera Esquelense, esperen a llegar a El Bolsón y la Comarca del Paralelo 42!!!
    Ya estoy alucinando por ustedes!
    Abrazo enorme enorme.
    Maite

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