Promocionada como la capital del tercer micro clima del mundo,
Merlo es una construcción turística que crece constantemente. Hace más de
quince años, donde hoy se levantan grandes centros comerciales, restaurantes y
locales de artesanías, había monte y campo. Raúl y Ana llegaron a principios
del nuevo milenio desde Florencio Varela cuando Merlo era sólo una promesa. No
son los únicos: desde ese tiempo a la fecha, miles de familias (la mayoría
parejas sin hijos como ellos) arribaron a este punto geográfico buscando
mejorar el estilo de vida que ya se tornaba intolerable en los asfaltos
capitalinos y conurbanos.
-Cuando llegamos acá no había nada, era todo campo –señala Raúl,
la calvicie creciente, la nariz enrojecida del vino tinto diario-. Yo construí
estas cabañas de cero. Los primeros años, como éramos muy pocos laburábamos tipo
cama caliente, se iba uno a la mañana y a la tarde venía el otro.
Hoy estamos en temporada baja y las cabañas Euskadi (que
pertenecen a Raúl y Ana) están vacías; y eso que es bueno para nosotros (porque
nos permite alojarnos en una de ellas) es preocupante para sus dueños, que ven
con ojos alertas no sólo la falta de turistas (que de hecho los hay) sino el
exceso en la oferta de cabañas y habitaciones de alquiler que se levantan a
cada paso que uno da en la ciudad.
La ascendente Avenida del Sol que deriva en la sierra de los
comechingones es una sucesión de locales comerciales (principalmente
artesanías) donde se anuncian descuentos para jubilados. Los viejos caminan en
grupete lentamente durante las mañanas y la tardecita, ya que la siesta es
innegociable y todo cierra por unas horas. Los restaurantes ofrecen sus menús
en grandes pizarras instaladas en la vereda: “pizza libre por cincuenta pesos”;
“entrada, menú ejecutivo, postre y bebida 70 pesos”. Todos parecen pelearse por
tener el precio más bajo con excepción de las parrillas que ofrecen la joya del
lugar, chivito, que cuesta un poco más, aunque tampoco tanto. Los precios bajos
se encuentran también en las artesanías, desde ceniceros de piedra por treinta
pesos hasta tablas de madera por cuarenta.
Aunque tampoco podría establecerlo como un patrón, muchos
negocios anuncian que venden su fondo de comercio. Improviso la hipótesis del
exceso en la oferta en relación a la cantidad de gente, que provoca que no
todos los negocios resulten rentables. Raúl, por otra parte, me cuenta que
muchas cabañas están en venta.
¿Qué es el microclima?
A diferencia de lo que algunos suponen (entre los que me
incluyo) el microclima no tiene nada que ver con si hace calor más tiempo del
año o cuestiones de ese tipo. Según lo explican en la página oficial de la
ciudad, Merlo es “poseedora de una
atmósfera cuyas proporciones de ozono resultan más elevadas que las normales, y
en la cual hace su manifestación excepcional la radiactividad; generadora de
óxido nitroso, el cual por vía de la inhalación produce sensación de bienestar;
caracterizada por ser una de las pocas regiones del mundo en contar con altos
porcentajes de ionización negativa, condición natural que produce efectos
energizantes y estimulantes influenciando positivamente el ánimo humano”.
Por estas
condiciones climatológicas, que se suman al ritmo lento y los profundos
silencios de sus calles de tierra paralelas a la sierra, nuestros viejos de
todo el país lo eligen para sus días de descanso. Y los que se deciden, como
Raúl y Ana, lo convierten en su nuevo hogar.
Feliz que hayan podido compartir unos dias merlinos con mis suegros! Los quiero...
ResponderEliminarJajaja por eso lo buscan los viejos por los efectos energizantes y estimulantes,voy a ir mas seguido para sufrir esos efectos(no son nada sonsos),un dato interesante que la mayoría no sabe Descubrí algo,por eso me tiré en parapente,tenía ionización negativa.Siempre sumas datos interesantes.
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