Lo que descubrió lo paralizó: no hacía fila en ningún lado,
siempre le cedían asiento, todos le hablaban despacito y cordialmente, una
joyita.
Esta anécdota, que es graciosa, y más cuando vez que en la
foto de su documento está vestido de sacerdote, da cuenta de la persecución que
soportan quienes deciden tatuarse el cuerpo en esta parte del globo. Resulta
que acá los tatuajes están asociados con las pandillas (Las maras) y la cosa
puede complicarse en una requisa o si te ven sin remera en la calle.
Marcelo tiene tatuado todo el brazo. Es impactante observar,
cuando caminás a su lado, como primero le miran el brazo y luego su cara, en un
acto violento, conservador y estúpido, que de nada contribuye con la necesidad
de una sociedad de liberarse de sus prejuicios.
Y el problema de las pandillas es una cuestión aparte,
porque para intentar dar una explicación, se necesita abrevar en las desigualdades
sociales, el crimen organizado, el negocio del narcotráfico y la falta de
perspectivas y futuro para los pibes. Un síntoma preocupante que acusan algunas
naciones de esta partecita de la tierra.
Hola!!!
ResponderEliminarCuantas cosas pasan por esos pagos....!!!
Espero que ustedes lo esten disfrutando de lo lindo,y aprendiendo y compartiendo nuevas historias....Estaba pensando en la importancia de hablar el mismo idioma,cuantas cosas se pierde uno cuando visita lugares que no comparten la misma lengua....
Gracias por acercarnos con sus relatos.
Los quiero mucho
Sofia