Cuando llegó la hora de la partida y nos despedimos, nos
dijimos qué bueno sería volver a encontrarse en alguna otra parte del mundo,
donde confluyan los viajes de unos y otros. En varios momentos de esta travesía
por el corazón de américa evocamos esos días y recordábamos a sus protagonistas
con nostalgia y con ganas de volver a encontrarlos.
Así que cuando nos enteramos que ellos estaban en San
Cristóbal de las Casas, nos pusimos más que contentos, porque no sólo nos
veríamos luego de seis meses, sino además podríamos compartir unos días, ya que
también nosotros habíamos decidido tirar el ancla, aunque por un breve tiempo,
en esta ciudad del sur mexicano.
Que estos amigos sean cocineros no es un plus nada
desdeñable: ayer Maurito nos invitó a cenar ñoquis caseros a la bolognesa con
vino tinto, conformando una tertulia impagable. De esta manera hemos
transcurrido esta última semana, con la alegría de visitar amigos, de sentirnos
esperados en su casa, de acompañarnos mutuamente en este último tramo, que es
también el de ellos.
Los caminos de la vida... que maravilloso que se hayan encontrado con sus primeros amigos rodantes del viaje, celebren ese encuentro!
ResponderEliminarEuge
Bonita anécdota (:
ResponderEliminarContinúo leyéndolos!
Abrazos desde La Rioja, Arg.