A pocos kilómetros de Monte Hermoso se encuentra Sauce
Grande, un balneario de calles de arena que serpentean entre árboles altos y
tupidos y que en verano es elegido por miles de turistas que encuentran allí lo
que otras ciudades costeras les niegan: paz, mar tibio y bosque. Pero ahora es
invierno, hace frío, el silencio es absoluto y caminamos con Vero abrazados, un
poco por amor, otro por necesidad. Hace un rato River salió campeón, pero acá
no hay caravana, tampoco autos, ni bocinas, ni gritos de goles. El cielo está
violeta, salpicado por millares de estrellas que titilan, y el mar, que está
ahí nomás, casi no se escucha, porque a diferencia de otros mares, las olas son
pequeñas y suaves: uno puede adentrarse muchos metros caminando sin
inconvenientes.
Fiore y Guille son nuestros anfitriones, que conocimos por
medio de Betu, nuestra amiga en común. Viven
allí hace dos años, son los
panaderos del pueblo y tienen un exquisito gusto estético: su casa es una
fiesta de colores y diseños. La panadería tiene el mismo estilo, de modo que
quien ande por estos lados no puede dejar de visitarla, además de aprovechar
llevarse un pancito bajo el brazo.
Pasamos una noche en ese paraíso, antes de continuar nuestra
ruta, ahora camino a Bahía Blanca.
Me dieron muchas ganas de conocer ese paraíso,además.....pasar por esa panadería y comer cosas ricas.
ResponderEliminarMe alegro que sigan encontrando tan buena gente
Hola!!! Pensar que nos queda tan cerquita y no lo conocemos....tendremos que darnos una vuelta.Gracias por hacernos conocer lugares nuevos,por ahora virtualmente, pero algún dia....Les mandamos mucho calorcito,ya que el frio se esta empezando a notar. Fuerza!!!!
ResponderEliminarSofia
Me encantó tu invitación, seguro que no tardaremos mucho con Gerardo pasar por ahí. Besos
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