Así es como hoy a la tarde fuimos a Isla Cañas, una aldea que está a unos 10 kilómetros de donde estamos. Primero bondi hasta el pueblo de Las Cañas y luego lo que se conoce como una verdadera actividad en contacto con la naturaleza: tuvimos que caminar cerca de 500 metros por lodo, mientras a los costados se movían cientos de cangrejos y lagartijas. Al principio, lo confieso, fue aterrador; pero después nos acostumbramos a hundirnos hasta la rodilla. Cuando llegamos al final una pequeña lancha nos cruzó hasta la Isla. Del otro lado nos recibió Henry, un niño de 10 años que por unas monedas nos llevó hasta la playa de la Isla. Y luego de un chapuzón en el mar nos sentamos a tomar mate con una familia lugareña. Fue agradable compartirnos historias y nos reímos cuando uno de ellos escupió rápido el mate porque le resultó muy fuerte.
Luego de aprovisionarnos con pollo, huevos, arroz, leche, pan y unas pastillas de diclofenac para mi hombro, unos paisanos nos devolvieron al camping, consagrando nuestro primer “dedo” del viaje.
Guau!!! Que susto!! Espero que realmente sea solo una torcedura.Y Vero??? No le paso nada???
ResponderEliminarLo bueno por lo visto que pudieron cambiar el paseo sin problemas,y de paso conocer un poco mas de estos lugares exoticos.
Lo del barro es bravo,y me daria mucho miedo.Igualmente sean cuidadosos por si hay otro tipo de animalitos....
Me alegra recibir noticias,aunque no te dejes estar con lo del brazo.
Besos
Mama
Muy bueno el viaje y veo que en esos lugares siempre hay algo para conocer y hablar con los lugareño me parece una de las cosas que mas les envidio. Insisto quiero ver fotos del mar. Saludos cuidense el Padrino.
ResponderEliminarUYYYY!!! Nacho ese trac trac trac creo que les va a doler a todos lo que lo lean o a nosotros lo que te seguimos... pero bueno te llevo a desviar la mirada de las olas y conocer otro lugar.Que te mejores.
ResponderEliminar