Las manos golpean el agua constante y rítmicamente. Los cuerpos con el río hasta la cintura invocan al espíritu del agua
para que llueva. Los cánticos se elevan y el espíritu le
recuerda a la materia que también es espíritu. Son las once de la mañana del sábado y recién termina la ceremonia
sagrada de iniciación del 4° Encuentro Argentino de Permacultura que no comenzó
hoy mismo sino mucho antes. Porque todo, acá, comenzó
mucho antes.
El sol cae
vertical y poderoso sobre las cabezas de quienes recorren los laberintos de los
espacios destinados a contener el Encuentro, pertenecientes a la comunidad
Nueva Castalia y el camping municipal de San Marcos Sierras. Los visitantes
descubren los rincones que albergan las charlas y los talleres que se proponen
desmenuzar la permacultura social, tema central para este cuarto cónclave.
"Una de las
políticas que se propone el encuentro es generar un pulso interesante en cada
lugar donde se haga para ayudar a que el proyecto local donde se desarrolle el
encuentro se beneficie, desde construcciones, armado de huertas, manejo de
aguas, un montón de cosas. Y al mismo tiempo, abrir el espacio para que la
comunidad local se beneficie toda", explica Tierra Martínez, los ojos celestes
que se abren como un cielo inmenso, como si acaso intentara reflejar el
horizonte infinito al que aspira la permacultura, una ciencia que nació hace
más de cuatro décadas en Australia, ante la preocupación por la debacle
ecológica producida conjuntamente por los dos paradigmas político económicos
que en ese entonces gobernaban el mundo:
el capitalismo y el comunismo.
Actualmente, en
un mundo globalizado y de desarrollo capitalista, la permacultura se propone
diseñar y ejecutar modos de vida sustentables, respetuosos de la naturaleza y
en armonía con los demás seres vivos, sean animales, plantas o personas. Pero
la permacultura tampoco pretende definirse con categorías estancas porque
precisamente aboga por la integración y el cambio, siendo sensible a las vibraciones
de la naturaleza y los avances evolutivos que el sujeto produce para su
bienestar, término entendido en su acepción más amplia: bienestar material,
espiritual, emocional, cultural, forjando un individuo capaz de encontrarse con
su esencia, de modo de contribuir plenamente en el progreso colectivo.
Tierra (¿había
acaso un nombre, un apodo más apropiado?) es el referente del Instituto
itinerante NA´LU´UM que está a cargo de la organización del Encuentro que, en
esta cuarta edición, se propone trabajar sobre lo social, como las relaciones
entre personas, los sistemas de gobernanza, la sociocracia, los sistema de
concejo, los círculos de restauración (alternativa a la Justicia ordinaria),
fórums para expresar sentimientos.
"Lo que
nosotros vimos en este tiempo de trabajo es que todo lo que tiene que ver con
sistemas o herramientas o técnicas para la producción de abundancia, o sea,
bosques de alimentos, manejo de agua, construcciones altamente eficientes,
tecnologías apropiadas y alternativas, restauración de suelo, todo eso funciona
en cualquier lugar del mundo. Lo que hay que trabajar más es la parte social.
Entonces por ejemplo la visión que tenemos nosotros desde el Instituto es la
creación de un movimiento social para Latinoamérica a partir de la permacultura
que contribuya a los pueblos a ir más allá de la sustentabilidad y que articule
con todos los actores que así lo sientan", explica Tierra y las palabras
fluyen de su boca custodiadas por un pensamiento agudo que refleja el espíritu
que lo gobierna: ser protagonista de su tiempo.
-¿En qué aspecto de la
permacultura creés que se debe poner más enfasis?
-Lo que hay que apuntar
es a los niños. Parte del trabajo que se está haciendo es el intercambio de
conocimiento, establecimiento de una red, de un mapeo general para ver quiénes
somos lo que estamos en esto, para el próximo año llevarlo a Colombia al
Encuentro Latioamericano y después al Reino Unido donde se hará el Encuentro
Internacional y pedir que Argentina sea sede del Encuentro Internacional de
Permacultura 2019. Y el lema sería los niños y la nueva educación. Es decir,
una nueva educación basada en la permacultura, porque sería la oportunidad de
ir un paso más allá para no sólo trabajar con esta generación sino visualizar
un trabajo en multiniveles de tiempo para las futuras generaciones.
-¿Qué cuestiones
específicas tiene este cuarto Encuentro en relación a los niños?
-Cosas que vimos el año
pasado, que fue importante visualizar la oportunidad de que le preparamos un
espacio especial y a la conclusión que llegamos fue que los niños no querían
ese espacio para niños, querían el espacio donde todos estábamos. Entonces el
proceso de aprendizaje del niño es estar donde realmente él tiene ganas de
estar. Y en relación a eso tenemos una propuesta de cómo nosotros desde la
permacultura diseñaríamos espacios educativos que están basados en conceptos
como la educación viva donde el niño tiene un montón de espacios y opta por el
que quiere en el momento y hay un maestro que está detrás del salón solamente
para cuidar que el cuerpo físico del niño no se lastime. Una educación hacia la
libertad. Eso requiere hacer un diseño que se nutra de diversas corrientes de
educación alternativa. Lo otro es la generación de una comunidad educativa
donde todos, niños, maestros, padres están integrados en un proceso de
aprendizaje. Nadie está enseñando, todos están aprendiendo.
-¿Qué balance haces sobre
el estado de la permacultura en Argentina?
-Hoy terminamos
un curso, el número veinte del año. Hace 10 diez años dábamos un solo curso con
una institución sombrilla que ponía un recurso interesante para financiar a que
toda la gente vaya gratis. Hoy la gente invierte un recurso en esto porque está
interesada y ya no es mover una piedra gigantesca, sino una bola, grande, pesada,
pero ya es una bola. Hay oportunidades para todos porque la gente empieza a ver
que otra manera de vida es posible y que puede dedicar su vida a esto. Y eso
significa que todos los nichos, digamos de mercado, están disponibles, están
vacantes. Hay nichos para producir semillas, para producir hortalizas,
tecnología, construcciones. Todo está disponible. Esto lo que rescata es las
habilidades y el gusto de cada una de las personas para que se potencie y en
ese marco nos potenciamos todos.
-¿Cómo se trabaja
la tensión entre la civilización tal como la conocemos y la propuesta de la
permacultura de las ecovillas o ecoaldeas?
-El suelo hay que
restaurarlo, nuestro alimento lo tenemos que producir. Este es un proyecto
individual, familiar, comunitario y generacional. Son varias las generaciones
que vamos a tener que ir trabajando para realmente hacer visible este cambio
para que lo viejo se desintegre en lo nuevo. Pero todo eso hay que crearlo.
Es que la
permacultura vino para quedarse y tiene la ventaja (aunque eso no excluye los
desafíos que de hecho se intentará descifrar en estos días de trabajo) de no
enroscarse con la coyuntura política porque, principalmente, maneja otros
tiempos, digamos los del Universo. Porque pretende la transformación social de
lo micro a lo macro, de lo simple a lo complejo, de afuera hacia adentro,
siempre con la certeza de que no es posible una verdadera transformación del
mundo si antes los actores que ejecutarán ese cambio no se encuentran así
mismos.
En este sentido,
Marcos Ninguém, chamán y permacultor brasilero y a cargo de la conferencia
sobre ecopaisajismo, sostiene que "nosotros tenemos la comprensión de que
la permacultura es una ciencia interdisciplinaria que reúne a muchas
disciplinas, muchos conocimientos: arquitectura, ingeniería, paisajismo,
biología, en fin, muchos centros de conocimiento para el planeamiento de un
ambiente humano sustentable. Puede ser micro o macro ambiente, así como una
casa o un barrio o una ecoaldea. Nosotros ahorita estamos ante este reto de ampliar
la escala de actuación de la permacultura. Es una ciencia de planeamiento, pero
también una ciencia que genera una cultura nueva, original. Pero también es un
recuerdo, y eso es muy bonito, porque de alguna manera estamos haciendo honor a
nuestro pasado y al mismo tiempo haciendo una posta, un rezo para las futuras
generaciones. Nosotros tenemos una visión espiritual de la permacultura, y
también social, cultural, así también tenemos esta visión científica así que
seguimos los pétalos de la flor de la permacultura. Creemos que es la única
opción que tenemos hoy y lo vivimos así con mucha tranquilidad. Marx decía
“socialismo o barbarie”, nosotros decimos “permacultura o barbarie”. La
humanidad camina hacia una gran hecatombe, hacia un caos global y la permacultura
surge como una gran esperanza para la gente; una posibilidad que tienen las
personas para cambiar en poco tiempo con pocos recursos, con mucho corazón,
mucha buena intención y eso es fundamental porque para que algo cambie tiene
que ser sustentable pero también tiene que ser divertido. Y ahí hay espacio
para todo: porque es una metodología que genera espacios".
Las charlas de
Marcos comienzan con una práctica ancestral llamada rapé, proveniente de
Brasil, que consiste en aspirar una mezcla de tabaco. El objetivo es alinear el
chakra superior y la energía grupal aunque la ingesta es voluntaria. De este
modo se adentra en las nociones sobre chamanismo y permacultura, para que la
segunda integre a la primera, y para poner en práctica el postulado que
sostiene la importancia del bienestar de quiénes llevarán adelante ese cambio.
-¿Cómo llegaste a
la permacultura?
-Estaba buscando
una coherencia, porque a mí me pasaba que yo estaba estudiando chamanismo y me
pregunté sabes qué, tengo que ser un chamán de verdad, y ahí me encontré con
las raíces de mi papá y mis abuelos. Mis abuelos eran agricultores orgánicos.
Uno va buscando la ciudad como una promesa, algo nuevo y todo es ficticio. Y
uno empieza a sentir el vacío que es el problema de la humanidad, que nadie
sabe cómo sanar eso, como llenar. Entonces con el chamanismo comencé a volver a
mi historia y a hacer honor a todo eso que viví. Empecé a conectarme con mis
abuelos, con mis abuelas, a conocer las plantas y eso me llevó a la
permacultura, que fue la respuesta a lo que yo estaba buscando. Como estudiante
de izquierda yo le decía a la gente que había que hacer un mundo comunista,
socialista, anarquista o lo que fuere y la gente me decía pero cómo vas a hacer
eso, cómo dibujamos el nuevo mundo, se sale de esa cosa vieja pero qué viene de
nuevo que no sea la Comuna de París, que no sea Cuba, experiencias que habíamos
vivido con la izquierda. Yo no tenía qué decir, cómo contestar. Cuando conocí
la permacultura yo era jovencito, estaba saliendo de la universidad, y me di
cuenta que la discusión ya no era izquierda o derecha porque eso era parte del
viejo paradigma; y el nuevo paradigma es el parto respetado, la salud
espiritual, el yoga, el chamanismo, construir de forma ecológica, la economía
social. Y ahora en mis charlas en la universidad los desafío a que me propongan
problemas que la permacultura no pueda resolver. Y hasta hoy nadie me hizo una
pregunta que no pueda responder. Y para mí esto fue el gran logro de la
permacultura: tener respuestas prácticas, simples, sencillas, obvias. La
permacultura es la ciencia de lo obvio. Qué bueno que salimos de esta mente
compleja de los griegos que siempre quieren saber por qué. Qué bueno que
encontramos sentido en la simplicidad y en la obviedad.
El Encuentro
Tierra, sin caer
en el catastrofismo, advierte que "nos estamos preparando para los
escenarios futuros de descenso energético, cambio climático, destrucción de la
diversidad natural". En este sentido, agrega que "nunca jamás existió
en la humanidad una oportunidad tan grande de cambio", oportunidad que
este Encuentro se propone aprovechar en distintas etapas.
Si de ser
precisos se trata, el 4° Encuentro Argentino de Permacultura comenzó el primero
de septiembre y se extendió hasta el 26 de octubre. En ese tiempo se
desarrollaron charlas, seminarios, conferencias y talleres que abordaron la
temática de la permacultura social y, en lo que concierne al conjunto de las
actividades, se destacan:
-Entrenamiento Avanzado
en Permacultura "Diseñando Tu Comunidad", de lo Simple a la
Profundidad (1 al 30 de septiembre): trabajó en prácticas de campo como
cocinas, estufas y hornos, establecimiento de calles, construcción natural,
baños secos, regaderas, biofiltros, sistemas de producción, acuacultura y,
sobre todo, en herramientas de vida comunitaria. Un mes intenso donde el único
requisito era contar con un Certificado de Diseño de Permacultura.
-Curso Internacional de
Certificación en Diseño de Permacultura Orientado a la Permacultura Social y
sus Herramientas (1 al 15 de octubre): un curso único en su tipo en el país,
con instructores nacionales e internacionales que posibilitaron este viaje
hacia el mundo de la permacultura, donde todos los contenidos establecidos por
Bill Mollison, mas los nuevos conceptos y líneas de David Holmgrem serán
desarrollados junto a las nociones mas avanzadas en la materia. No se
necesitaban requisitos previos.
-Conferencias de
permacultura (17 al 19 de octubre): fue la parte más visitada por el público en
general ya que contó con espacios para conferencias, talleres, actividades para
niños y niñas, feria de comidas, de artesanos, actividades de procesos
grupales.
-PermaMusic (17 al 19 de
octubre): fue el espacio para que los grupos que vienen trabajando versiones
musicales relacionadas a la permacultura se expresen. Entre los artistas
destacados se presentaron Paloma del Cerro, Adrián Berra y Julieta Díaz.
-Visitas a proyectos
locales (20 y 21 de octubre): fue la posibilidad de conocer proyectos que están
relacionados con la permacultura, de modo de visualizar y aprender cómo vienen
trabajando las comunidades aledañas.
-Convergencia (22 al 26
de Octubre): fue considerada la reunión más importante del Encuentro ya que
participaron representantes de proyectos permaculturales y delegados
bioregionales, que juntos compartieron sus experiencias, avances, logros y
tejieron juntos la visión del Movimiento Argentino de Permacultura,
posibilitando la creación de conocimiento e inteligencia colectiva, para empezar
a establecer el Diseño de Permacultura para un país.
En conjunto, las
actividades intentan desarrollar la visión social de la permacultura, que
además de dar respuestas a cuestiones aplicadas busca profundizar los sistemas
de decisión, forjar una justicia permacultural, diseñar estrategias para la resolución de conflictos como los círculos de
palabras o el arbitraje, pensar qué estructuras o soportes se crearán para
sostener en el tiempo las transformaciones sociales que están forjando la nueva
humanidad.
La semilla sembrada comienza a germinar
"Dentro del
Encuentro hubo un programa de permoaprendices modular, que trabajó en módulos
de quince o veinte días, donde no es un voluntario sino es una persona que
viene al servicio, pero al mismo está en un proceso de aprendizaje de
permacultura. De aprendizaje de vida comunitaria, desde construcción,
carpintería, manejo de agua, manejo de herramientas, siembra. Y al mismo tiempo
generamos dos cursos, que se llaman Diseñando tu comunidad, que fue de
veintiocho días; y ayer terminamos el Curso Internacional de Diseño en
Permacultura con la participación de trece instructores y más de setenta
participantes que fue una verdadera nave que nos elevó a todos", detalla
Tierra y sus brazos dibujan un globo en el aire y su entusiasmo contagia hasta
a un muerto.
Uno de los objetivos
principales que se propuso el Encuentro fue formar sujetos de cambio para dar
vuelta la página del consumismo y la desconexión producida por las generaciones
que persiguieron (genuinamente o no es materia de discusión) el progreso como
vehículo para la felicidad humana. El cambio de paradigma requiere una nueva
cosmovisión, que en realidad de nuevo tiene que se provoca en este tiempo pero,
como sostiene Mario Gómez, uno de los aprendices del curso, "permacultura
sería el aprender a recordar todo lo necesario para tener que dejar de llamar
permacultura a lo que estamos haciendo. Entender que es retomar el contacto con
la vida que es la esencia, como lo hacían nuestros ancestros. Y es un trabajo
muy fuerte, por eso hablamos mucho de aprendizaje pero en realidad se trata de
recordar lo que traemos como herencia".
Del mismo modo,
Agustín Cordero, otro de los aprendices, sostiene que "la permacultura va
más allá de la sustentabilidad, es como un cambio de paradigma y a la vez un
cambio de conciencia que nos hace conectarnos con la tierra pero al mismo
tiempo conectarnos entre nosotros. Y lo que más estamos trabajando acá es la
permacultura social, que es aprender a vivir en comunidad para sostenerlo en el
tiempo".
Bety Ramirez,
también del Insituto NA´LU´UM, intentó deconstruir las nociones de desconexión
generacional que implica todo ese conocimiento perdido en el tiempo, debido a
los paradigmas de ascenso social que significaron las migraciones masivas del campo
a la ciudad, la incorporación de la mujer en el mercado de trabajo capitalista
y el "abandono" de los hijos en estructuras caducas como la escuela.
El resultado es una sociedad que ignora los principios básicos de
supervivencia, cómo producir alimento, cómo elaborar sus medicinas, porque sólo
se ocupa de generar dinero para obtener lo que necesita.
El círculo que se cierra
El sol que se acomoda al
otro lado del río Quilpo y que se acuesta lentamente nos recuerda que la noche
se avecina. Con ese último sol también finalizan los días de charlas y
conferencias que congregaron a los activistas que ahora organizan su regreso
(no todos, algunas actividades continúan porque nada tiene principio ni final
en la permacultura). Sentado sobre el verde césped Julio deja caer su mechón de
pelo negro sobre el pecho y clava su mirada en la profundidad del paisaje. Sus
palabras brotan de su boca regalando frescura en el ambiente cálido y seco de
las sierras: "mi nombre es Julio, vengo representando al pueblo maya de
México, y desde el espacio sagrado de mi corazón le extiendo mis infinitos
agradecimientos por permitirme ser portador de la palabra del conocimiento de
los abuelos mayas, lo cual me ha permitido con el uso del corazón y la palabra
correcta llegar al día de hoy al cuarto encuentro de permacultura aquí en San
Marcos Sierras, a orillas del Río Quilpo, donde muy contento me encuentro de
observar todo lo que me rodea ya que me veo reflejado en mis hermanos, en
hombres y mujeres que están haciendo el mismo camino. Y que así como el maíz de
nosotros tiene todos los colores de las naciones aquí me veo reflejado en cada
uno de ellos, aún con distinto tono de piel y color de ojos. Tenemos el
mismo espíritu y este espíritu que posa en nosotros ahora venimos a serlo sólido
y tangible para que las próximas generaciones comiencen a hablar de lo bien que
el hombre quiso aprender a vivir en esta época. Por eso extiendo una invitación
a que si todos estamos con conciencia y todos tenemos consiente el amor que nos
permite vivir en armonía con todo lo que nos rodea mantengamos esa inocencia y
esa pureza de los niños. Permitamos que en estos tiempos la mujer sea libre y
respetada, que los niños sean libres y sean respetados, que los ancianos sean
escuchados, que el toque del tambor vuelva a sonar, que se respete a nuestra
santísima madre naturaleza, nuestra madre tierra que todo nos lo da, que la
hermana humanidad aprenda a vivir en armonía con todo lo que le rodea. Y si
esto es un hecho que viene desde las palabras, quiero que sepan que quien lea
estas líneas, mucho bien puede hacer un ser mortal sobre la tierra, que no es
necesario tener una especialidad o estudiar algo para ser alguien porque ya
eres alguien. Y eres alguien muy importante para todos nosotros y para esta
hermosa tierra, para el gran espíritu también eres alguien ya. Así que en
lugar de seguir estudiando y aprendiendo que es básico para trascender en esta
vida, es momento que cada quien aporte lo que sabe desde el corazón, es momento
que cada quien se reconozca como hombre y como mujer consiente sobre la tierra
para que pueda dar lo mejor de sí. Que se motiven con pensar que esto
apenas empieza. Que nosotros somos, sino la libertad, al menos la estamos
provocando, y que si esto continúa así el día de mañana, la próxima generación
y los niños se van a acordar de todo lo que estos hombres y mujeres han
empezado a hacer por el bienestar de ellos. Yo agradezco por toda la gente que
funcionó antes de que yo estuviera aquí, y ahora me doy permiso a mí mismo de
funcionar para que el día de mañana esto sea recordado".
Detrás suyo el fuego
sagrado que iluminó el Encuentro disminuye su llama pero no se extingue porque
siempre hay alguien que le acerca una pequeña maderita, para que siga
calentando, para que siga echando luz, acaso una metáfora de este cambio
silencioso y múltiple, que no se encierra en categorías ni dogmas y que se
propone, como sostiene su padre cocreador David Holmgren (el otro es Bill
Mollison), "la durabilidad de los sistemas vivientes naturales y la cultura
humana".